sábado, 9 de junio de 2012

LA FUENTE DE LOS CUATRO RIOS


En la esquina Sur-Oeste de la plaza la familia Pamphini decide construir su palacio que en un primer momento orientan hacia la plaza vecina con mucho más “glamur” por aquel entonces. Pronto el imparable crecimiento de la Piazza Navona junto con otras circunstancias les llevará a realizar una reforma que vuelque el palacio hacia la nueva plaza.
Giovani Pamphini, segundo hijo de la familia, se dedicó como mandaban las normas de la época a la carrera eclesiástica en la que poco a poco fue ganando poder.
Tras ciertos enlaces familiares fue nombrado Papa convirtiéndose de ese modo en el Papa Inocencio X. Su predecesor era recordado por sus estrepitosa manera de gastar el dinero de las arcas Papales por lo que Inocencio X se vio en la obligación de moderar su presupuesto. Aún así no quiso renunciar a la creación de una residencia al estilo de los antiguos emperadores Romanos que iba a ser su cara al mundo. Un mundo cada vez más pagano que no debía olvidar el poder que aún ejercía la iglesia y que según la idea de Inocencio X, no lo haría al ver el esplendor de su palacio.

Recordemos que el antiguo emperador Domiciano instaló su residencia en el Monte Palatio (sede de grandes acontecimientos históricos y bíblicos) donde mandó construir dos edificaciones; Una, la Domus Flabia correspondía a la parte pública de la residencia y la otra la Domus Agustiana donde se encontraban sus propios aposentos. Ambas estaban conectadas entre sí y a su vez lo estaban con un tercer espacio dedicado al espectáculo y la diversión.

Con esta idea en mente Giovan Batista Pamphini no pudo encontrar mejor emplazamiento para su residencia que el palacio de la familia en la Piazza Navona. Para llevar a cabo la reforma necesaria decide comprar todos los inmuebles ubicados entre su palacio y la iglesia de Santa Inés (ubicada en el centro de la Plaza) y en 164X encarga el proyecto de reforma a XXXXXXX.
En esta nueva residencia, al igual que en la del emperador Dominciano encontramos 3 partes diferenciadas; El propio palacio representa la parte privada, la basílica representa la parte pública y la plaza que las une, donde antes se encontraba el antiguo circo, será la zona de espectáculos.
Para adornar esta gran plaza encarga en el año 1645 al arquitecto Borromini una nueva conducción de aguas hasta la plaza Navona alejando el escaparate de Roma de la residencia de los Barberini (familia del Papa predecesor) y trasladándolo a su nueva plaza “privada”.
Llama la atención que el Papa no encargase la fuente al encargado de las aguas de Roma y especialista en fuentes Bernini, aunque su decisión fue sin duda obligada por los siguientes dos motivos:
Bernini había proyectado demasiadas fuentes para la familia Barberini (fuentes de las abejas) que era enemiga de los Pamphini.
Bernini acarreaba sobre su espalda el reciente fracaso de su proyecto para los campanarios de la basílica de San Pedro ya que durante su ejecución aparecieron importantes grietas en los cimientos y se optó por derribarlas antes de que fuesen terminadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario