LA GIOCONDA

La Gioconda es el cuadro más famoso que existe. De ahí que 
aunque nunca haya sido tasado, si lo fuese, probablemente alcanzaría la 
cifra más alta de la historia del arte. Por ello, no es extraño que 
fuese robado del Louvre por Vicenzo Perrugia (pintor italiano) 
en 1911 aunque apareció dos años más tarde en Italia.
El cuadro no sólo 
ha sido robado, sino que también ha sido rociado con ácido y golpeado 
con una piedra arrojada por un hombre en el propio Louvre. 
Es 
con diferencia la pintura más visitada del museo (6 millones de 
visitantes en el año 2001).
En 2005 fue instalada tras una 
vitrina antibalas en una sala especial donde está protegida del calor, 
la humedad y el vandalismo. El traslado y acondicionamiento tuvo un 
coste de 6 millones de dólares que corrieron a cargo de la 
misma cadena televisiva japonesa que patrocinó
Parece ser que la protagonista del cuadro es da
 Lisa Gherardini, una dama 
florentina casada con Francesco del Giocondo, banquero napolitano. No 
obstante existen otras posibilidades sobre quién es la protagonista del cuadro.
Hay quien dice que es la española Constanza de Ávalos, y 
arriesgándose aún más hay quien afirma que el retratado es Francesco del 
Giocondo o incluso el propio Leonardo.
Una peculiaridad de la dama que aparece en el cuadro es que
 no
 tiene 
cejas ni pestañas. Aunque hoy en día nos extrañe, era una costumbre 
común entre las damas florentinas de la época, depilarse todo el vello de la 
cara.
Es la última gran obra de Leonardo, y de hecho 
estuvo retocándola hasta sus últimos días, llevándole cuatro años completar el 
proyecto. A posteriori se sabe que pertenecio al amigo y mecenas de 
Leonardo da Vinci, el rey Francisco I de Francia y más tarde a 
Napoleón sin pertenecer en ningún momento a la familia 
Giocondo.
Giorgio Vasari, que escribió sobre la vida de 
los artistas de la época nos cuenta: "Los ojos de Monna Lisa tienen una 
brillantez lustrosa y los matices de la figura están realizados en colores 
pálidos,
 rosados y grises... Las pestañas y las cejas están perfectamente diseñadas, lo cual implica una gran técnica y mucha dificultad... 
La nariz es bellísima..."
Vasari también dice en sus escritos que 
mientras Leonardo pintaba a su modelo siempre había alguien cantando, 
tocando música o contandole una historia y que de esa manera consiguió la 
expresión placentera en su rostro.
La combinación de la "perspectiva aérea" y de la técnica del 
"sfumatto" (=difuminado) consiguen una estupenda sensación 
tridimensional y de profundidad. Los críticos de arte coínciden en 
afirmar que lo mejor del cuadro son las manos y por supuesto la 
enigmática sonrisa sobre la que Margaret Livingstone, experta en 
percepción visual dijo: "una ilusión que aparece y desaparece debido a 
la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes". La 
experta opina que debido al funcionamiento del ojo humano si se mira 
directamente a la boca la sonrisa desaparece, mientras que si se mira a los ojos u otra parte del cuadro 
la sonrisa vuelve a aparecer en el rostro de la 
Gioconda.
Sobre la boca de la Mona Lisa, J.E. Borkowski comenta 
que el rictus bucal es como el de las personas que han perdido sus 
incisivos o que padecen bruxismo, un hábito que lleva a rechinar los 
dientes por estrés o durante el sueño.
No deja de llamar la atención la 
opinión de un profesor de Yale, según él la sonrisa es debido a que la dama está 
embarazada. Llega a esta conclusión tras analizar la 
forma de la cara, los dedos hinchados y el gesto de las manos sobre el 
vientre (muy típico de las embarazadas).
Según la publicación 
británica New Scientist y en base a los estudios de la 
Universidad de Amsterdan la sonrisa de la Mona Lisa esta 
compuesta de las siguientes emociones: 
 
- 83% se debe a la felicidad 
- 9% es sentimiento de disgusto 
- 6% de miedo 
- 2% de enojo